martes, 19 de mayo de 2015

El crimen del mapuche-aymara Atahualpa Martínez en Viedma



10 de julio de 2008
Atahualpa Martínez Vinaya quería terminar el secundario, viajar a Cuba a estudiar medicina y luego ejercer la profesión en los pueblos a donde nadie va.

Sus sueños quedarán truncos: en la madrugada del domingo 15 de junio fue asesinado por la espalda. Una bala calibre 22 le perforó un pulmón. Su cuerpo apareció tirado en un descampado en las afueras de Viedma. La fiscalía no descarta ninguna hipótesis. Sus familiares y compañeros reclaman que se conozca la verdad. “La Justicia empezó a moverse cuando comenzamos a movilizarnos”, destaca Julieta Vinaya, madre del joven.

Una marcha de antorchas iluminó la noche del martes último las calles de la capital rionegrina. La mamá de Atahualpa compartió con Veintitrés su desconcierto ante la ausencia de respuestas. “Pensaron que era una muerte más de las tantas que no se investigan, no nos tomaron en serio. No sabemos por qué lo mataron, si fue por tomar tierras o qué. ”Atahualpa había ocupado un terrenito para su hermana, soltera y con un chico. La toma fue denominada 30 de Marzo, en honor a la fecha en que centenares de familias sin techo ocuparon un predio abandonado. Los delegados de la toma denunciaron amenazas de muerte. Hombres con aspecto de matones merodean la zona en autos sin patente preguntando por ellos.

Como referente de los pueblos originarios, Vinaya ya conocía lo que es luchar. Nacida en Oruro, Bolivia, siempre reivindicó su sangre aymara.
Casada con un mapuche, tuvo a Atahualpa hace 19 años.

Frente a los tribunales, los amigos del joven pintaron su rostro, una whipala y una bandera mapuche.

La fiscal Daniela Zagari, luego de la primera movilización, ofreció una recompensa de 100 mil pesos a quien brindase información. Ninguna pista importante fue aportada. La policía hizo allanamientos en donde detuvo a dos personas vinculadas al tráfico de drogas, pero sin relación aparente con el asesinato.

“Qué casualidad que desde el crimen se dieron cuenta de que hay gente que vende drogas, cuando todos sabemos que Viedma está lleno de drogas. Da toda la sensación de que lo quieren ensuciar y desviar la investigación. Muchas personas lo conocían y dan cuenta de que Ata ayudaba a la gente colaborando en lo que necesitaran. Tenía ideales”, evoca Vinaya.

En el CEM 18, donde cursaba quinto año, los compañeros y docentes del joven destacan que no tenía problemas con nadie y era muy tranquilo. Lo pintan con una anécdota: recuerdan que fue sancionado por llegar tarde, pero luego se supo que la causa era que todos los días llevaba en bicicleta a un vecino discapacitado.

Finalmente, el joven fue reconocido por las autoridades de la escuela. “Queremos saber qué es lo que pasó, que se haga justicia y se esclarezca esta situación. No queremos que esto quede impune. Exigimos el compromiso de la comunidad. Cuando me dan un abrazo y me dicen ‘lo lamento’, yo les digo: ‘Te espero en las marchas’. El tema es comprometerse para ser más solidarios. Eso hacia Atahualpa, ser solidario”, evoca Vinaya.




Asesinan a un joven aymara-mapuce en Viedma
Por Periódico Renacer - Monday, Jul. 21, 2008 at 3:24 PM

«Atahualpa presente, ahora y siempre», gritaron familiares y amigos en la marcha que organizaron el martes 8 de julio por las calles de Viedma, capital de la Provincia de Río Negro.

Atahualpa Martínez Vinaya fue asesinado de un tiro por la espalda el pasado 15 de junio en Viedma, capital de la Provincia de Río Negro. Esa madrugada estaba comiendo pizza con un amigo en un local céntrico. En un momento, su amigo se levantó para buscar una ficha de pool e ir al baño. Cuando regresó a la mesa, Ata ya no estaba. La policía lo encontró la mañana del 16 de junio (gracias al dato de un vecino) en un costado de la ruta, en las afueras de la ciudad.

A casi un mes del asesinato del estudiante de 19 años, no hay datos certeros que esclarezcan el caso.

Atahualpa sabía respetar la tierra y la vida. Seguía sus raíces aymara por parte de madre y mapuce por parte de padre, los ayudaba en las tareas del campo y festejaba el año nuevo con su familia de Poopó (Oruro, Bolivia). Su lucha se centraba en participar de las reuniones de jóvenes del CAI (Consejo Asesor Indígena) donde se reivindican la identidad y los derechos de los pueblos originarios. Además, el joven colaboraba en un asentamiento en un terreno del barrio 30 de marzo, en el que había participado para que su hermana y su sobrino de 2 años puedan instalarse.

El 19 de junio la policía secuestró una camioneta, un revólver calibre 32, una camisa con manchas que podrían ser de sangre y droga en dos allanamientos dispuestos por la Justicia en relación con el caso de Atahualpa. Además fueron detenidos tres hombres y una mujer por resistencia a la autoridad, tenencia de droga y portación de arma de fuego.

La familia afirma que el joven luchador nunca tuvo nada que ver con drogas ni relación alguna con los elementos secuestrados y no se explica por qué la policía intenta relacionarlo con ello.

Su madre Julieta Vinaya exige «Justicia y compromiso. Quien haya visto algo que lo diga. Necesitamos saber la verdad. Porque mi hijo no merecía esto. Ahora lo quieren ensuciar, pero él sigue siendo nuestro ejemplo».

En la última marcha de antorchas participaron alrededor de 2000 personas pidiendo justicia. Vinieron las madres del dolor de Buenos Aires y también del triple crimen de Cipolletti.

Trabajaron varias organizaciones y bastante gente difundiendo en todos lados, iglesias, juntas vecinales, escuelas de Viedma y Patagones.

Pocas veces se vio tanta gente movilizada.

“Yo solo quiero saber porque lo mataron y que los culpables estén presos. Lo dejaron agonizar alrededor de 1, 2 horas, se aseguraron de que estuviera muerto para arrojar su cuerpo”. Agregó la madre.

Durante la última asamblea realizada la semana pasada determinó que el Salón comunitario que están terminado llevaría su nombre; también hicieron un mural frente al juzgado y otro en la escuela donde cursaba sus estudios.

Hay una marcha que se realizó el martes que salió del Cementerio pasó por la Fiscalía y terminó en una misa.

Atahualpa, si estuviera vivo el martes 22 de julio cumpliría 20 años.

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Wasim Ahmad

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